Japón, engaños, y el fin de la moratoria de la cacería comercial de ballenas
Roma, 4 de marzo de 2009:
Entre el 9 y 11 de marzo, los Estados Miembro de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) se reúnen en Roma, Italia, para una reunión intersesional cuyo objetivo es la discusión del futuro de la Comisión en el “espíritu de compromiso”. El centro de las discusiones serán las propuestas para que Japón reduzca voluntariamente su controvertida “cacería científica” en la Antártida, a cambio de lo cual se le otorgaría una nueva categoría de cacería llamada “La Cacería Costera de Pequeña Escala”. Actualmente, un nuevo reporte: “Cacería de Pequeña Escala, Una falsa elección para la CBI” de WDCS – Whale and Dolphin Conservation Society – y la organización japonesa IKAN, revela que Japón ha utilizado información engañosa e inexacta en sus intentos por levantar la veda a la cacería comercial de ballenas.
“La realidad es que Japón no necesita cacería costera de ballenas y con esto está intentando chantajear a la CBI, para hacer lo que en el fondo se propone. El peligro real del acuerdo que está siendo considerando implica que la cacería costera de ballenas sea el menor de dos males, pero de adoptarse, levantaría la veda a la cacería comercial de ballenas y abriría las puertas para que otros países reiniciaran o expandieran sus propios programas de cacería de ballenas. Se le está brindando a la CBI una falsa elección” dijo Sue Fisher de WDCS.
Por dos décadas, Japón ha reclamado que la prohibición a la cacería comercial de ballenas ha provocado agudas dificultades económicas y desintegración cultural en cuatro ciudades costeras, que sostiene, tenían una historia y dependencia de larga data sobre la cacería de Ballenas minke. Aún así, dos de estas ciudades, Taiji y Wada, no poseen historia de cacería de Ballenas minke en sus aguas costeras, mientras que las otras dos, Abashiri y Ayukawa, sólo comenzaron con esta actividad hace sólo 60 a 70 años atrás.
Japón ha intentado ocultar el hecho de que estas ciudades inicialmente se beneficiaron por la moratoria a la cacería comercial de ballenas. La compañía comercial dueña de todas las operaciones balleneras en esas cuatro ciudades ha buscado mantener cierta ventaja económica resistiendo cualquier regulación de la CBI sobre sus cacerías de pequeños cetáceos. Durante estas infames cacerías cientos de pequeños ballenas y delfines son muertos anualmente. Cualquier dificultad para estas comunidades devino luego, cuando sus pequeñas operaciones locales quedaron fuera de competencia con los masivos programas de “cacería científica” de ballenas de Japón.
“Llamamos a todos los gobiernos miembros de la CBI, a no caer en la trampa armada por estos engaños creados por el lobby ballenero, cuyo único interés es explotar comercialmente estos mamíferos marinos extremadamente vulnerables” dijo Nicolas Entrup de WDCS.
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