Credibilidad de la CBI socavada por los intentos de Groenlandia de incrementar su cuota de cacería
Se continúa ensanchando la grieta entre los países miembro de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) ante una inminente reunión especial de dicho organismo, en Florida, EE.UU., el 4 y 5 de marzo próximos, en la cual se votará una polémica decisión sobre la reanudación de las cacerías de Ballenas jorobadas en aguas de Groenlandia.
Aunque apoyada por los países nórdicos europeos, la propuesta danesa para permitir una cuota de cacería de diez Ballenas jorobadas por primera vez en casi 25 años, no ha podido lograr previamente los votos necesarios para apoyarla, y continúa tensionando las relaciones entre miembros de la Unión Europea (UE) que actualmente se encuentran indecisos en cuanto a la misma, pero que se ven obligados a votar en bloque en la reunión especial.
La votación puede, incluso, echar dudas sobre el futuro a largo plazo de la CBI en sí misma.
Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) y la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA) han cuestionado la credibilidad de la CBI en caso que se otorgue a Groenlandia su solicitud de un incremento en su cuota, y están alentando a los 25 miembros europeos de la CBI a rechazar esta propuesta.
En un nuevo informe conjunto “Cuotas Cuestionables”, WDCS y WSPA analizan la propuesta de captura de Jorobadas, y revelan serias fallas en las actuales operaciones balleneras “de subsistencia”:
• métodos de procesamiento ineficientes, que desperdician hasta 80% de cada Ballena fin (también conocida como Rorcual de aleta) cazada;
• un excedente (no un déficit como se reclama) de productos de ballena;
• una negativa a fundamentar su demanda de necesidad de cientos de toneladas más de carne de ballena;
• productos de ballena disponibles para los 55.000 residentes, no sólo para aquellos que necesitan ballenas para su subsistencia;
• extensa comercialización y venta de productos de ballenas, contrarios a los criterios de “subsistencia” y uso local de la CBI.
Claire Bass, del programa de mamíferos marinos de WSPA, afirmó: “alrededor de 25% de las ballenas cazadas en Groenlandia para propósitos de “subsistencia aborigen” terminan en los supermercados, generando ganancias a minoristas – hasta donde sabemos, la cacería comercial de ballenas fue prohibida en 1986 y dicha prohibición debe aplicarse a Groenlandia tanto como a cualquier otra nación. Es simplemente inaceptable agregar Ballenas jorobadas a la lista de compras de Groenlandia.”
Sue Fisher, del programa anti-cacería de ballenas de WDCS, anima a la CBI a rechazar esta propuesta: “Groenlandia no está demostrando necesitar más ballenas. La CBI perderá toda su credibilidad si le otorga a Groenlandia su propuesta para reasumir la cacería de Jorobadas. Es incumbencia de los miembros europeos de la CBI bloquear esta propuesta.”
Los miembros de la Unión Europea (UE) se reunirán nuevamente este viernes para acordar cómo votarán la propuesta en la reunión de marzo. Si la UE no consigue entonces acordar su posición, existe gran preocupación entre los conservacionistas de que la CBI finalmente adopte esta propuesta falaz y dañina.