Nuevo informe de WDCS revela planes secretos para fabricar nuevos productos a partir del aceite de ballena
15 de junio de 2010
Nuevo informe de WDCS revela planes secretos para fabricar nuevos productos a partir del aceite de ballena
Las ganancias económicas, el verdadero motivo detrás del deseo de los balleneros de levantar la moratoria, sostiene WDCS.
Con una posible decisión de levantar la moratoria a la cacería comercial de ballenas, a ser tomada en los próximos días, Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) ha lanzado un nuevo informe exponiendo las razones detrás del deseo de Noruega, Islandia y Japón de revertir la moratoria vigente desde hace 24 años, y reavivar una industria en decadencia: ganancias.
El informe de WDCS, titulado Reinventando las Ballenas, detalla los planes secretos de los países balleneros para investigar y desarrollar nuevas aplicaciones comerciales para el aceite de ballena, una vez que la moratoria haya sido convenientemente desestimada.
El informe expone una estrategia para reavivar una industria en decadencia explotando nuevos mercados para una gran variedad de productos a base de ballenas, por ejemplo:
– Noruega está invirtiendo en investigación clínica para el uso de aceite de ballena para aplicaciones farmacéuticas y suplementos para la salud (nutracéuticos), y para alimentación de animales. Científicos noruegos están llevando adelante ensayos clínicos con aceite de ballena para el tratamiento de artritis reumatoidea, y estudiando sus efectos sobre la enfermedad de Crohn, artritis psoriásica, diabetes, síndrome de colon irritable, y enfermedades cardíacas.
– Japón está utilizando el cartílago de ballenas para producir condroitina (utilizado para tratar osteoporosis), oligosacáridos (un aditivo alimenticio) y colágeno (utilizado en tratamientos de belleza y como antiinflamatorio).
– Islandia está planeando usar sus reservas de productos de ballena provenientes de sus expandidas cacerías de Ballena fin, para reiniciar la fabricación de harina de ballena como alimento en acuicultura y el ganado.
Sue Fisher, directora del programa anti-cacería de WDCS afirmó, «Está claro que los balleneros están planeando utilizar el aceite de ballena y otros derivados para recuperar los beneficios a largo plazo para sus cacerías. Islandia, Japón y Noruega están apostando a que la moratoria a la caza comercial de ballenas será levantada, y que el comercio en productos a base de ballena, pronto será permitido».
La aniquilación de las poblaciones de ballenas por las insostenibles cacerías comerciales del siglo XIX y XX fue conducida, no por una demanda de carne de ballena, sino por su grasa y otros tejidos, de los que se obtenían aceites complejos como ingredientes para un mundo en rápida industrialización. El aceite de ballena fue utilizado en la fabricación de alimentos para animales, lubricantes para maquinarias, jabón, detergentes y margarina, mientras que el espermaceti del Cachalote se convirtió en un producto fundamental en cosmética y, más adelante incluso, como lubricante para el programa aeroespacial. El análisis de WDCS sobre patentes aprobadas en todo el mundo, revela que el aceite de ballena y sus derivados serían ingredientes viables en una gran variedad de productos comunes, incluyendo detergentes y aditivos alimenticios, si el comercio internacional en aceites y ceras de ballena fueran permitidos otra vez.
Kate OConnell, experta de WDCS en comercio agregó «La década de legitimidad que la CBI propone otorgar a la cacería de ballenas, ofrece un incentivo a los balleneros para mantener a flote sus industrias, y les dará tiempo para completar sus investigaciones y el desarrollo de nuevos productos de ballena. Anticipamos que ellos utilizarán estos nuevos productos farmacéuticos, para alimentación de animales y de cuidado personal para ablandar la oposición global a la cacería de ballenas y para desafiar la prohibición internacional sobre el comercio internacional en productos de ballena implementada por CITES, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, que reconoce a la CBI como el organismo de manejo de cetáceos».
Para prevenir otra «fiebre de aceite de ballena», y un regreso a los días oscuros de la cacería industrial de ballenas, WDCS cree que es imperativo que cualquier reforma de la CBI incluya una reducción a cero (phase out) de toda cacería, incluyendo la cacería científica, respaldada por una prohibición permanente al comercio internacional en partes de ballenas y sus derivados, y la inmediata eliminación de todas las reservas CITES relacionadas con las ballenas.
Las ganancias económicas, el verdadero motivo detrás del deseo de los balleneros de levantar la moratoria, sostiene WDCS.
Con una posible decisión de levantar la moratoria a la cacería comercial de ballenas, a ser tomada en los próximos días, Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) ha lanzado un nuevo informe exponiendo las razones detrás del deseo de Noruega, Islandia y Japón de revertir la moratoria vigente desde hace 24 años, y reavivar una industria en decadencia: ganancias.
El informe de WDCS, titulado Reinventando las Ballenas, detalla los planes secretos de los países balleneros para investigar y desarrollar nuevas aplicaciones comerciales para el aceite de ballena, una vez que la moratoria haya sido convenientemente desestimada.
El informe expone una estrategia para reavivar una industria en decadencia explotando nuevos mercados para una gran variedad de productos a base de ballenas, por ejemplo:
– Noruega está invirtiendo en investigación clínica para el uso de aceite de ballena para aplicaciones farmacéuticas y suplementos para la salud (nutracéuticos), y para alimentación de animales. Científicos noruegos están llevando adelante ensayos clínicos con aceite de ballena para el tratamiento de artritis reumatoidea, y estudiando sus efectos sobre la enfermedad de Crohn, artritis psoriásica, diabetes, síndrome de colon irritable, y enfermedades cardíacas.
– Japón está utilizando el cartílago de ballenas para producir condroitina (utilizado para tratar osteoporosis), oligosacáridos (un aditivo alimenticio) y colágeno (utilizado en tratamientos de belleza y como antiinflamatorio).
– Islandia está planeando usar sus reservas de productos de ballena provenientes de sus expandidas cacerías de Ballena fin, para reiniciar la fabricación de harina de ballena como alimento en acuicultura y el ganado.
Sue Fisher, directora del programa anti-cacería de WDCS afirmó, «Está claro que los balleneros están planeando utilizar el aceite de ballena y otros derivados para recuperar los beneficios a largo plazo para sus cacerías. Islandia, Japón y Noruega están apostando a que la moratoria a la caza comercial de ballenas será levantada, y que el comercio en productos a base de ballena, pronto será permitido».
La aniquilación de las poblaciones de ballenas por las insostenibles cacerías comerciales del siglo XIX y XX fue conducida, no por una demanda de carne de ballena, sino por su grasa y otros tejidos, de los que se obtenían aceites complejos como ingredientes para un mundo en rápida industrialización. El aceite de ballena fue utilizado en la fabricación de alimentos para animales, lubricantes para maquinarias, jabón, detergentes y margarina, mientras que el espermaceti del Cachalote se convirtió en un producto fundamental en cosmética y, más adelante incluso, como lubricante para el programa aeroespacial. El análisis de WDCS sobre patentes aprobadas en todo el mundo, revela que el aceite de ballena y sus derivados serían ingredientes viables en una gran variedad de productos comunes, incluyendo detergentes y aditivos alimenticios, si el comercio internacional en aceites y ceras de ballena fueran permitidos otra vez.
Kate OConnell, experta de WDCS en comercio agregó «La década de legitimidad que la CBI propone otorgar a la cacería de ballenas, ofrece un incentivo a los balleneros para mantener a flote sus industrias, y les dará tiempo para completar sus investigaciones y el desarrollo de nuevos productos de ballena. Anticipamos que ellos utilizarán estos nuevos productos farmacéuticos, para alimentación de animales y de cuidado personal para ablandar la oposición global a la cacería de ballenas y para desafiar la prohibición internacional sobre el comercio internacional en productos de ballena implementada por CITES, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, que reconoce a la CBI como el organismo de manejo de cetáceos».
Para prevenir otra «fiebre de aceite de ballena», y un regreso a los días oscuros de la cacería industrial de ballenas, WDCS cree que es imperativo que cualquier reforma de la CBI incluya una reducción a cero (phase out) de toda cacería, incluyendo la cacería científica, respaldada por una prohibición permanente al comercio internacional en partes de ballenas y sus derivados, y la inmediata eliminación de todas las reservas CITES relacionadas con las ballenas.
Notas del editor
La CBI adoptó una moratoria a la cacería comercial en 1982, operativa desde 1986. CITES, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, que reconoce a la CBI como organismo de manejo en cuestiones de cetáceos, adoptó una prohibición al intercambio comercial internacional en productos de ballena.
Las naciones balleneras remanentes como Noruega, Islandia y Japón, adoptaron reservas que los exceptúan de la prohibición de CITES y continúan comercializando productos de ballenas entre ellos. No pueden, sin embargo, exportar materias primas o productos conteniendo partes de ballenas y sus derivados con otras naciones mientras la prohibición de CITES permanezca vigente.
La propuesta de la CBI, a ser votada entre el 21 y 25 de junio próximo, permitiría a Noruega, Islandia y Japón matar 6000, 1600 y 4165 ballenas respectivamente hasta fines de 2020. WDCS cree que estos números proveen carne, grasa y otros tejidos de ballena más que suficientes, para permitirles continuar sus investigaciones y tener productos listos para el mercado en 2020.
La propuesta de la CBI incluye una disposición que limitaría el uso de productos de ballena sólo al uso interno, pero las naciones balleneras se oponen a esto y, de todas formas, expiraría en 2020.
Las investigaciones de WDCS sobre registros de patentes revelaron cientos de patentes aprobadas para productos o procesos que incluyen a las ballenas como posibles ingredientes. Aunque en la mayoría de los casos, los inventores probablemente no tengan intención de usar productos de ballenas cuando existen ingredientes alternativos disponibles, preocupa a WDCS que algunas patentes se estén «reservando» a la espera del reinicio del comercio internacional legal en productos de ballenas.