Ballenas atrapadas en Wikileaks
Desde fines de noviembre, Wikileaks ha dado a conocer una serie de cables confidenciales de embajadas estadounidenses en todo el mundo sobre cacería de ballenas.
Lo primero que se dio a conocer fue a comienzos de diciembre, cuando se filtró a la prensa islandesa un cable de la embajada de EE.UU. en Reykjavik indicando que preocupaba a dicha embajada el incremento en la cuota de ballenas por parte de Islandia y que las ONGs que se oponen a la cacería de ballenas habían discutido con la embajada la necesidad de que EE.UU. tomara una fuerte posición contra la escalada de Islandia en relación a la cacería de ballenas y al intercambio comercial de productos de ballenas.
Luego siguió la publicación, a fines de diciembre, de un cable de la embajada de EE.UU. en Wellington, Nueva Zelandia, indicando que este país se había sentido “traicionado” por el apoyo de los países isla del Pacífico a la iniciativa japonesa, que era pro-cacería de ballenas, durante la reunión de 2008 de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). El mismo cable daba cuenta de la cooperación entre Nueva Zelandia y el gobierno de EE.UU. en relación a cacería de ballenas.
Otro cable publicado en diciembre mostró detalles de una reunión del 15 de enero de 2008 entre el Comisionado de Nueva Zelandia ante la CBI, Sir Geoffrey Palmer y la Subsecretaria de Estado para la Democracia y Asuntos Globales de EE.UU., Paula Dobriansky, en la cual Palmer solicitó a EE.UU. “usar su influencia con Japón para buscar una resolución diplomática a la política japonesa de cacería de ballenas”.
La serie más reciente de cables de Wikileaks filtrados la primer semana de enero de 2011 da una señal de qué tipo de cooperación e influencia estuvo presente en los trabajos: un “acuerdo” para permitir el reinicio de la cacería comercial de ballenas. Durante los últimos 2 años, WDCS ha informado sobre estas discusiones a puertas cerradas, que finalmente fracasaron, para que sea aceptada en la reunión de 2010 de la CBI.
Uno de los cables muestra que EE.UU. había acordado “trabajar para alcanzar un entendimiento en relación a un modo de avanzar para la Comisión Ballenera Internacional que incluiría una reducción significativa en los niveles actuales de cacería de ballenas por parte de Japón y el apoyo de EE.UU. para la aprobación internacional de actividades sustentables de cacería de ballenas costera de pequeña escala en las costas de Japón”.
El Ministro de Pesca japonés también había solicitado a EE.UU. asegurar “un resultado exitoso en la votación de la propuesta de Groenlandia para capturar Ballenas jorobadas”, e investigar el estado de exención de impuestos del grupo anti-cacería de ballenas Sea Shepherd que había estado involucrado en una serie de confrontaciones violentas con la flota ballenera japonesa en la Antártida.
La cuota de Ballenas jorobadas para Groenlandia fue aceptada por los gobiernos miembro en la reunión de 2010 de la CBI, y la cacería de esta especie icónica comenzó a fines del verano boreal.
Los cables de la Embajada de EE.UU. en Tokio obtenidos por Wikileaks muestran que durante 2009 y hasta febrero de 2010, Australia también se involucró en discusiones sobre un compromiso con Japón, aunque el gobierno en Canberra dijo que los “vuelos espía” japoneses sobre las embarcaciones anti-cacería de ballenas habían reforzado los sentimientos anti-cacería de ballenas.
En octubre de 2009, el entonces Ministro de Ambiente, Peter Garrett, desafió a EE.UU. por lo que él vio como “movidas unilaterales” en relación a la cacería de ballenas y también llamó la atención a EE.UU. por lo que él entendió como intentos de EE.UU. de influenciar las deliberaciones internas en Australia luego de una carta enviada por la Secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, al entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Stephen Smith.
Según un cable de diciembre de 2009, Garrett también dijo a EE.UU. que “estaba personalmente más comprometido a terminar la cacería de ballenas que los expertos de Asuntos Exteriores negociando con Japón” y que él no apoyaba negociar con Japón para permitir la cacería costera de ballenas, especialmente “si este no detenía la cacería de ballenas en el Océano Austral”.
Y en uno de los giros más bizarros de esta historia, a fines de enero de 2010, EE.UU. buscó la ayuda de Japón para intentar que y alentar a Islandia a reducir su cuota de cacería de ballenas y restringir la escalada de Islandia en exportaciones de carne de ballenas, a lo que Japón respondió que sería “dificultoso” para ellos aproximarse a Islandia.
Fuentes: RUV; Scoop.co.nz; New Zealand Herald; Wikileaks; Sydney Morning Herald; News.com.au; Yahoo News; Morgunbladid