Rechazo de WDCS a una propuesta de cuotas
WDCS ha cuestionado las propuestas de investigadores de EE.UU. publicadas en la revista científica Nature en las que sostienen que la introducción de cuotas negociables para capturar ballenas podría reducir el número de ballenas que son matadas cada año.
En el artículo, los académicos argumentan que un mercado de cuotas de ballenas que pudieran ser compradas y vendidas podría permitir a los grupos ambientalistas comprar ballenas con el objeto de venderlas y así permitir a los balleneros obtener beneficios de los animales sin matarlos.
WDCS recibe con agrado las discusiones sobre cómo terminar con la cacería comercial de ballenas, pero se opone enérgicamente a la mencionada propuesta. Existen fuertes razones éticas para este rechazo (ver a las ballenas sólo como un bien negociable) pero también existen razones prácticas y estratégicas para no apoyar esta idea. Estas incluyen el hecho de que comprar las vidas de las ballenas ayudaría a apoyar una industria moribunda y otros países podrían verse alentados a comenzar o reiniciar la cacería comercial de ballenas para reclamar su parte.
Las ideas en el artículo de Nature no son nuevas y la noción de intentar comprar las ballenas a los balleneros ha sido propuesta previamente. Al comentar sobre este artículo, el CEO de WDCS, Chris Butler-Stroud sostuvo «Si observamos los regímenes de gerenciamiento de pesquería tales como Políticas Pesqueras de la Comunidad Económica Europea (CFP por sus siglas en inglés) las cuotas mayormente no son científicas y más frecuentemente están sujetas a discusiones políticas. Al igual que ocurre con las pesquerías, cuantos más países y compañías tengan un interés financiero en las ballenas y en su cacería más podría interpretarse que las cuotas serían propensas a ser manipuladas.
Los altos precios actuales de algunas de las especies de peces han atentado contra la reducción de sus cuotas de pesca.
Mucha de la oposición a la cacería de ballenas no tiene que ver con el número de ejemplares sino que se trata de consideraciones éticas y de bienestar – la cacería de ballenas continúa siendo inhumana y las ballenas no son aptas para uso sustentable por los humanos (ya que son especies longevas y de reproducción lenta). No existe modo humanitario de matar una ballena en el mar y el proceso de cacería nunca podrá ser un ejercicio exacto, por lo tanto para muchos países (y la mayoría del público) la movida hacia el concepto de derechos de propiedad y su comercio es inaceptable en la conservación y protección de las ballenas y los delfines.
En aquellos países que reclaman derechos de propiedad sobre los cetáceos, tal como en las cacerías de delfines en Japón, vemos cacerías masivas insostenibles, que se han incrementado en crueldad a medida que la población ha ido disminuyendo.
Países como China y Corea del Sur han indicado que comenzarían a cazar ballenas si se asignaran cuotas.
Por tanto, podríamos ver muchos más países solicitando cuotas y países como Japón no dudarían en “prestar” equipamiento de cacería y experiencia para permitir tal crecimiento en “demanda” artificial.»
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