Día 6: Japón concluyó hoy su primera ronda de presentaciones
En el cierre de su primera ronda de audiencias, Japón reforzó hoy sus principales argumentos: en primer lugar, que la Corte Internacional de Justicia no tendría jurisdicción para tratar este caso y en segundo lugar que, para que hubiera un caso, Australia debería demostrar que Japón ha violado una ley internacional y no que simplemente ha actuado de un modo que no sería el preferido de Australia.
Asimismo, puso en duda que la existencia de un tratado internacional como la ICRW implique la “extinción de todos los derechos preexistentes para realizar cacería de ballenas”.
De acuerdo con lo expresado por sus representantes, Japón habría cumplimentado todos los pasos necesarios para emitir permisos de cacería ‘científica’ de ballenas, incluso el de someterlos a examen por parte de otros miembros de la CBI y recibir sus comentarios. Sin embargo, estos comentarios no implican la necesidad de acuerdo o aprobación por parte de los mismos.
Japón diferenció a la plenaria de la CBI (un ente que describen como altamente politizado y dividido entre “los miembros que creen que las ballenas no deben ser tocadas bajo ningún pretexto y otros que consideran que la utilización sostenible de las ballenas es un propósito legítimo”) del Comité Científico de la CBI (en el cual según Japón sólo se consideran las cuestiones científicas, no las relacionadas con la ética). En este contexto, “las resoluciones [de la CBI] en las que se apoyan los argumentos de Australia y Nueva Zelanda carecen de toda consideración científica”.
Sin embargo, el Prof. Boyle luego explicó el enfoque de Japón, a diferencia del descripto por el Prof. Mangel, de Australia: “la interpretación de Japón de ‘investigación científica’ tiene un enfoque más práctico, enfocado en investigación aplicada del tipo que sería familiar a la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) o a una comisión regional de pesquerías” (mientras que el de Australia estaría delineado por las exigencias de un profesor universitario acostumbrado a tratar con Premios Nobel).
En la presentación de la tarde, Japón intentó rebatir el argumento de Australia según el cual el propósito real de la cacería ‘científica’ de Japón sería comercial, explicando que “comercialmente, JARPA II no tiene sentido”. Su objetivo sería brindar información científica que permita revisar y levantar la moratoria a la cacería comercial.
Finalmente, luego de describir al comportamiento en el seno de la CBI de Australia como intransigente y al de Japón como constructivo (“existe en el seno de la CBI una desgraciada tendencia a forzar la votación sin seguir la discusión ni buscar el consenso (…) los estados opuestos a toda forma de cacería de ballenas han buscado imponer sus visiones a la importante minoría que no la comparte (…) una forma de ‘despotismo de la mayoría’”) Japón pidió que no se le reproche no respetar textos que no sólo no son obligatorios sino que son, incluso, contrarios al texto mismo de la Convención.