Estados Unidos aumenta la presión sobre la cacería de ballenas de Islandia
Luego de varios pedidos de WDC al gobierno de Estados Unidos para que tome medidas contra la compañía ballenera Hvalur hf, el presidente Obama ha anunciado que deberán imponerse a Islandia sanciones diplomáticas adicionales por socavar la prohibición de la Comisión Ballenera Internacional a la cacería comercial de ballenas.
A pesar de la prohibición, que comenzó a regir en 1986, Islandia ha continuado cazando ballenas y retomado su cacería comercial en 2002. La cacería comercial de Islandia en 2010 fue la mayor de su tipo en décadas, matándose 148 ballenas fin y 60 ballenas minke. El colapso del mercado japonés de carne de ballena fin demostró la verdadera naturaleza comercial de la cacería industrial de ballenas ya que la falta de mercado llevó a que Islandia no realizara ninguna cacería el año siguiente (2011). Las últimas cifras indican que sólo el 3% del pueblo islandés consume regularmente carne de ballena y la mayoría de la carne es vendida a los turistas desprevenidos a quienes se la ofrece como ‘cocina tradicional’.
Islandia ha ignorado toda crítica diplomática a sus cacerías de ballenas por parte de la CBI así como varias protestas diplomáticas oficiales de una amplia gama de países entre 2003 y 2011. Esta última decisión por parte del gobierno de Estados Unidos respecto de posibles acciones diplomáticas fue motivada por la provocativa reanudación de la cacería de ballenas fin por parte de Islandia en 2013, cuando se mató un total de 134 ballenas fin. Cualquier cooperación futura entre Estados Unidos e Islandia podría depender de que Islandia acuerde modificar su política de cacería de ballenas y respete la moratoria internacional a la cacería comercial de ballenas.
En WDC hemos solicitado sanciones comerciales contra compañías relacionadas con el grupo islandés Hvalur (que significa ‘ballena’) y HB Grandi cuyo presidente, Kristjan Loftsson, es también director ejecutivo de Hvalur. HB Grandi es la mayor compañía pesquera y de exportación de mariscos, controlando más del 10 por ciento de las cuotas pesqueras del país.
La cacería de ballenas ha sido recientemente cuestionada desde la misma Islandia con ocho parlamentarios islandeses proponiendo una resolución que solicita al ministro de finanzas y economía de Islandia que evalúe y revise la cacería de ballena en aguas islandesas a la vista de la economía, negocios e intereses diplomáticos del país en general, específicamente sus industrias pesquera y de turismo.
«Islandia es un país increíble con gente increíble» dice Vanessa Williams-Grey, a cargo de la campaña anti cacería de ballenas de WDC. «En WDC hemos apoyado el crecimiento del avistaje responsable de ballenas en Islandia, una industria que genera muchos más beneficios para la economía islandesa de los que la cacería de ballenas genera para un solo hombre –Kristjan Loftsson».